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Falange Española

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Falange Española
Presidente José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia
Líder José Antonio Primo de Rivera
Fundación 29 de octubre de 1933
Disolución 15 de febrero de 1934  [1]
Precedido por Movimiento Español Sindicalista
Ideología Fascismo[1]
Sindicalismo revolucionario
Catolicismo político
Republicanismo unitario
Nacionalismo español
Posición Extrema derecha[2]
País España
Publicación F.E.
1 Fusión con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) para formar Falange Española de las JONS.

Falange Española (FE) fue un partido político español de ideología fascista[1][3]​ fundado el 29 de octubre de 1933 por Alfonso García Valdecasas, Julio Ruiz de Alda y José Antonio Primo de Rivera,[4]primogénito del fallecido dictador Miguel Primo de Rivera. El 15 de febrero de 1934 FE se fusionó con las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), fundadas por Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma Ramos, entre otros. El nuevo partido se denominó Falange Española de las JONS (FE de las JONS).

Tras el éxito del fascismo italiano con la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini en 1922, fracasaron los diversos intentos de crear en España una organización fascista al estilo de la italiana.[5]​ En esos años, con gobiernos autoritarios, la derecha y los sectores financieros y empresariales más reaccionarios sintieron la necesidad de un partido fascista que había demostrado ser un buen freno en Europa al desarrollo de movimientos de masas de izquierdas. Instaurada la Segunda República, iniciado el proyecto democratizador, cristalizan los primeros intentos en Falange Española, promovida por estos sectores reaccionarios.

El triunfo de Hitler y la poca implantación del principal partido fascista de España, las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) de Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo, hacen que, en 1933, la extrema derecha española, representada por empresarios industriales y financieros, emprenda la búsqueda de un líder carismático para el fascismo español, encontrándolo en José Antonio Primo de Rivera, hijo del anterior dictador, que ya mantenía posiciones conservadoras y autoritarias.[6]​ Falange Española se dio a conocer en un mitin celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid el 29 de octubre de 1933.

En el periodo de la Segunda República desempeñó un importante papel en el desarrollo de los acontecimientos que condujeron a la Guerra Civil. Nace apoyada por las fuerzas reaccionarias y partidos de la derecha que la utilizan como fuerza de choque.[7]​ No consigue un apoyo popular significativo, pero sus frecuentes razias y enfrentamientos con los grupos más radicales de la izquierda, principalmente con las organizaciones juveniles, sus actos violentos y asesinatos contribuyeron a crear un clima de inseguridad y violencia propicio para las intentonas militares.[8][9]

Ideología

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José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española y primer jefe nacional.
La derecha se reorganizó y formó las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (JONS), apoyadas tanto por la Iglesia como por los militares. Se creó también la Falange dirigida por José Antonio Primo de Rivera, hijo del anterior dictador, con una posición originariamente fascista y nazi claramente asumida pero que más adelante fue matizada con el argumento de que, por encima de todo, la organización era española.
Octavio Rodríguez Araujo, Derecha y ultraderecha en el mundo.[10]

La ideología de Falange es el nacionalsindicalismo. Se trataba de un fascismo a la italiana con componentes tomados del catolicismo. José Antonio Primo de Rivera y Rafael Sánchez Mazas, sus fundadores, se interesaron por un fascismo de cuño italiano y en los primeros tiempos no se opusieron al empleo de la etiqueta "fascista".[11][12]​ A juicio del historiador conservador estadounidense Stanley Payne, la Falange no se diferenciaba en lo fundamental del partido fascista italiano, utilizando en ocasiones su misma retórica.[13]​ No obstante, el falangismo dispuso de rasgos propios,[14]​ entre los que destacaba su catolicismo.[15]​ También la unidad de España se enuncia en el segundo punto programático: «España es una unidad de destino en lo universal». Y al imperialismo característico de otros movimientos fascistas, enunciado en el punto tercero («Tenemos voluntad de imperio… Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa»), añade un carácter panhispánico: «Respecto de los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de intereses económicos y de poder».[16]​ A diferencia de otros fascismos y a pesar de su retórica, la Falange no pretendía un "Estado Nuevo" y un "hombre nuevo", sino que estos serían consecuencia del tradicionalismo católico.[17]

La Falange propugnaba la creación de un Estado Sindical totalitario en el que la “lucha de clases” sería superada por el Sindicato Vertical, que agruparía en un mismo organismo a empresarios y trabajadores organizados por ramas de la producción. La propiedad de los medios de producción se sindicalizaría[cita requerida] y se administraría de forma autogestionada [cita requerida]. Estando históricamente financiada, principalmente, por el capital y teniendo considerables afinidades con el resto de fuerzas de la derecha radical, siempre ha manifestado una repulsa demagógica del sistema capitalista.[17]​ A su ideario político se une como elemento populista un ambiguo programa de reformas sociales calificado por los falangistas de "revolucionario".[17]

Historia

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Segunda República

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En 1933, José Antonio Primo de Rivera comienza a interesarse por la ideología fascista.[18]​ En febrero junto a Manuel Delgado Barreto (antiguo colaborador de su padre), director del diario conservador La Nación, lanzan el periódico El Fascio. Al intento se suman Rafael Sánchez Mazas y Juan Aparicio López. De El Fascio solo llegará a imprimirse un número y buena parte de sus ejemplares fueron retirados por la policía. En ese número colaboran con sus artículos el propio Primo de Rivera (que firma el artículo «Orientaciones para un nuevo Estado» bajo la inicial "E" de Marqués de Estella) y Ramiro Ledesma. Completan el periódico extensos artículos sobre Mussolini y Hitler.[19]​ No obstante el fracaso, el grupo sigue reuniéndose y pronto se unen a ellos Julio Ruiz de Alda y Alfonso García Valdecasas. Juntos forman el Movimiento Español Sindicalista, en cuya propaganda figuraba como subtítulo Fascismo Español (FE).[20]

En agosto, con la intermediación del ultraderechista vasco José María de Areilza, la dirección de MES-FE se reúne con Ramiro Ledesma para procurarse su apoyo. No se llega a ningún acuerdo, ya que Ramiro Ledesma solo contempla la posibilidad de que el nuevo grupo se integre en las JONS.[21]​ En octubre José Antonio Primo de Rivera viajó a la Italia fascista, donde se entrevistó con el dictador Mussolini y visitó la sede del Partito Nazionale Fascista, con el propósito de obtener consejos e información para la organización de un movimiento análogo en España.[22]

El domingo 29 de octubre tiene lugar la fundación formal de la Falange[23]​ en el Teatro de la Comedia, de Madrid. En su discurso fundacional Primo de Rivera, entre otras cosas, diría:

La Patria es una unidad total en la que se integran todos los individuos y todas las clases; la Patria no puede estar en manos de la clase más fuerte ni del partido mejor organizado. La Patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y nosotros lo que queremos es que el movimiento de este día, y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de esa unidad irrevocable que se llama Patria.[...]

Que desaparezcan los partidos políticos. Nadie ha nacido nunca miembro de un partido político; en cambio nacemos todos miembros de una familia; somos todos vecinos de un municipio; nos afanamos todos en el ejercicio de un trabajo...[...]

Si nuestros objetivos han de lograrse en algún caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia. [...] Bien está la dialéctica como primer instrumento de comunicación, pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia y a la Patria.[24][25]
Ruiz de Alda (centro) junto a Valdecasas y Primo de Rivera, en el mitin fundacional de Falange en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933.

Los meses siguientes, la Falange se disputa con las JONS la escasa capacidad de convocatoria del fascismo. Las JONS dejan de recibir las escasas aportaciones que recibiera de sectores financieros que ahora, junto a los monárquicos, se decantan por financiar a la Falange.[26]​ La Falange, con más capacidad de maniobra, capitaliza la llegada de nuevos adeptos, logrando rápidamente superar en número de afiliados a las JONS. Ramiro Ledesma, sin los apoyos de la oligarquía financiera, recibe presiones para que se fusione con la nueva Falange.[27]​ El 11 de febrero de 1934 el Consejo Nacional de las JONS se reúne para considerar la posible fusión con Falange, y el 15 de febrero, con la aprobación del Consejo Nacional, se alcanza el acuerdo con la Falange, según el cual la nueva formación se denominaría FE de las JONS y estaría dirigida por un triunvirato, dos miembros de Falange: Primo de Rivera, Ruiz de Alda; y uno de las JONS: Ramiro Ledesma.[28][29]

Los resultados electorales de la Falange durante la Segunda República fueron siempre muy escasos. Esta pobreza de resultados se debió a varias razones, entre ellas, que en España no había un nacionalismo fuertemente arraigado, sino que por el contrario, existían fuertes sentimientos nacionalistas periféricos (por ejemplo, los nacionalismos catalán, vasco y gallego), esto privaba a la ideología fascista, basada sobre todo en el ultranacionalismo, de su principal baza; también a la escasa secularización de la sociedad española y al éxito de otras fuerzas de derechas como la CEDA.[30]​ El socialista Luis Araquistáin publica en abril de 1934 un artículo en el periódico estadounidense Foreign Affairs en el que analiza las escasas posibilidades del fascismo en España:

En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; no existen cientos de miles de jóvenes universitarios sin futuro, ni millones de desempleados como en Alemania. No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión, ni tan siquiera la cuestión judía. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta.[31]

Tampoco consiguieron una solvencia económica. Aunque, en principio, recibiera más apoyos de grandes financieros y terratenientes que las JONS,[32]​ estos no fueron suficientes hasta que en 1935 fuese subvencionada mensualmente con 50.000 liras por el gobierno italiano. Subvención que fue reducida a la mitad para, posteriormente, ser retirada tras los pobres resultados electorales de 1936.[33]​ Ni la doctrina nacionalsindicalista logró atraer a los trabajadores, encuadrados éstos en los sindicatos de clase mayoritarios (UGT y CNT). En este periodo no consiguió tener ningún diputado en las Cortes, ya que aunque José Antonio Primo de Rivera consiguió el acta de diputado en las elecciones de noviembre de 1933, lo hizo a través de una candidatura conservadora de Cádiz, denominada Unión Agraria y Ciudadana.

Violencia durante la República

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En el periodo de la Segunda República las organizaciones juveniles se caracterizaron por su carácter violento. Las juventudes de izquierdas se proclamaban revolucionarias y las juventudes de derechas, antiliberales. Los enfrentamientos entre ambas eran frecuentes. Unas y otras, escapando al control de sus respectivos partidos, contradecían abiertamente la actividad de estos en el Parlamento.[34]​ La situación en el ámbito laboral no era mejor, las organizaciones obreras se enfrentaban a grupos de pistoleros al servicio de los intereses de los patronos. En este contexto surge la Falange Española con la práctica de la violencia como parte de su ideario.

Como otros movimientos fascistas, FE puso especial interés en encuadrar en sus filas a jóvenes, organizándolos en una estructura paramilitar y canalizando su rebeldía hacia la práctica metódica y organizada de la violencia política.[35]​ En las fichas de afiliación había una casilla en la que se hacía constar si se poseía "bicicleta", eufemismo de pistola, y se entregaban porras flexibles forradas de metal.[36]​ En enero de 1934 el periódico republicano La Voz publicó un documento interno en el que se teorizaba sobre la violencia y se daban instrucciones precisas de cómo ejercerla:[37]

Fracasadas rotundamente las tentativas de actuaciones por procedimientos legales, e impotentes hoy para contener el avance de la ola roja, cuya práctica y procedimientos son genuinamente violentos, a la violencia habrá que recurrir para contener y luego destruir ese peligro que pretende acabar con la civilización.

Los golpes de mano han de estar perfectamente preparados con anterioridad hasta en los menores detalles y llevados a cabo con personas de confianza… Sus objetivos están en todas partes: en la calle y bajo techado, de día y de noche, sobre personas o sobre cosas, y son de un efecto tan grande que, llevado y ejecutado con precisión y audacia pueden resolver situaciones muy comprometidas […]

La lucha de masas: […] Su modalidad de empleo es la lucha a fondo, y va precedida de la provocación, aun cuando a veces se emplea también la sorpresa. La fuerza que la ejecuta es, como mínimo, la Falange (formada por 33 individuos: tres ‘escuadras’ compuestas por 9 afiliados, un jefe y un subjefe), unidad a propósito para esta clase de actuaciones, pues por sí sola lleva a todos los medios combativos necesarios.

Ejecución de la lucha: Divididos en escuadras y en contacto estrecho entre individuos de cada una de ellas, para que nunca quede ninguno aislado, se distribuirán estratégicamente, procurando rodear al contrario y, a una señal convenida del jefe de la falange, actuarán con la mayor violencia…[38]

Las milicias denominadas Falange de la Sangre (posteriormente pasó a llamarse Primera Línea), estuvieron dirigidas inicialmente por el militar retirado Luis Arredondo. Comenzaron a provocar y mezclarse en escaramuzas. Se sucedieron los altercados callejeros y las operaciones de castigo. La distribución de su publicación F.E., voceada por sus propios militantes (los quioscos se habían negado a distribuirla presionados por las organizaciones de izquierdas), propició los principales focos de enfrentamientos.[39]​ Falange, en la Universidad de Madrid, creó un sindicato de estudiantes, el SEU, en contraposición al mayoritario FUE, con el objetivo de "destruirle".[40]​ El 25 de enero de 1934 se llevó a cabo una de esas operaciones de castigo contra el FUE en la Facultad de Medicina, dejando a un miembro de la FUE gravemente herido.

Los primeros muertos se produjeron en el bando de la Falange. El 7 de febrero de 1934, dos semanas después del incidente de la Facultad de Medicina, Matías Montero, estudiante de medicina y cofundador del SEU, murió tiroteado cuando regresaba a su casa después de haber distribuido F.E..[41]​ Durante todo el año 1934 se suceden las continuas agresiones, sobre todo contra afiliados, simpatizantes y locales de la Falange y de la derechista Acción Popular, según se recoge en los diarios de la época.[42]

Por la dialéctica de la Falange, se esperaba que esta muerte fuese vengada, lo que no ocurrió. Desde los medios de comunicación comenzaron a ironizar sobre el carácter fascista de Falange. Wenceslao Fernández Flórez los llamó franciscanistas y no fascistas. En las páginas del ABC el escritor Álvaro Alcalá-Galiano se preguntaba ¿Dónde están las misteriosas legiones fascistas? A FE se la llamó Funeraria Española y a Primo de Rivera, Juan Simón el Enterrador. En F.E. se contestó a estas críticas: "Falange Española aceptará y presentará combate en el terreno que le convenga, Falange Española no se parece en nada a una organización de delincuentes, ni piensa copiar los métodos de tales organizaciones, por muchos estímulos oficiosos que reciba".[43]

A finales de febrero y principios de marzo, en Valladolid muere asesinado otro militante falangista, otro en Gijón y un tercero en Madrid. Estas muertes coinciden con la destitución de Arredondo al frente de la Falange de Sangre, sustituido por el aviador Juan Antonio Ansaldo, que las organizó con el más puro y sangriento estilo fascista.[44]Los falangistas tardaron semanas en responder con contundencia a estas agresiones […] ello era así, no por que los responsables de FE fueran partidarios de una política de contemporización frente a la presión de las organizaciones obreras, sino por las propias carencias de Falange.[45]​ Desde las filas de Falange se protestó por la inacción ante la sangría que se estaba produciendo. El líder de las JONS, Ramiro Ledesma, se sumó a las críticas:

Ocurrió que la presencia de F.E. se hizo con excesivos optimismos y gesticulaciones. Hay que ser más parcos en el vocabulario de la violencia, sobre todo cuando no se puede dar cumplimiento a sus frases, o cuando hay casi seguridad de que el enemigo las va a creer al pie de la letra.[46]

A partir de abril, con la fusión de las JONS, las milicias se fortalecieron con la incorporación de los jonsistas. Comenzaron a ser más efectivas en sus represalias, dedicándose también al desarrollo de una táctica de terror contra las organizaciones de izquierda.[47]​ La primera víctima mortal en las filas de las formaciones de izquierda se dio el 10 de junio de 1934, cuando un comando de FE de las JONS, como represalia a la muerte, ese mismo día, de uno los suyos, tiroteó a un grupo de excursionistas de las Juventudes Socialistas matando a la joven Juanita Rico, dejando incapacitado a su hermano menor e hiriendo de bala a otros varios.[48]

La actividad de la Falange estuvo dificultada por frecuentes clausuras de sus locales y la prohibición de muchos de sus actos a causa de los numerosos incidentes violentos que protagonizaban.[49]​ Sus milicias no dudaron en utilizar a adolescentes en sus acciones como se demostró con la muerte en un enfrentamiento con armas del estudiante de bachillerato Jesús Hernández de quince años de edad. Integrado en el SEU se demostró que, al igual que sus compañeros de la misma edad, portaban pistolas.[50]

El 16 de junio de 1934 murió otro falangista adolescente, Antonio Castillo, de 16 años, mientras jugaba con su arma en la madrugada en la que hacía guardia en la sede de la calle Marqués de Riscal de Madrid. [51][52]

La Falange nació como una fuerza antiparlamentaria que contemplaba la violencia como método para alcanzar sus fines:

Pero no saldrá de ahí nuestra España ni está ahí nuestro marco [el parlamento]. Esa es una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa. No está ahí nuestro sitio. Yo creo, sí, que soy candidato; pero lo soy sin fe y sin respeto. [...] Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, arma al brazo y, en lo alto, las estrellas.
Primo de Rivera, discurso fundacional de la Falange.[25]

Ese espacio que anunciaba Primo de Rivera en su discurso fue la desestabilización política[8]​ y la conspiración.

Véase también

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Referencias

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Notas

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  1. a b Slaven, James (2018). «The Falange Española: A Spanish Paradox». Proceedings of the 10th International RAIS Conference on Social Sciences and Humanities (Atlantis Press) 211: 235. ISSN 2352-5398. doi:10.2139/ssrn.3266916. Archivado desde el original el 23 de marzo de 2020. Consultado el 26 de junio de 2019. «On October 29, 1933, José Antonio Primo de Rivera founded a fascist political party in Madrid, Spain, called Falange Española (FE). (...) The FE was a distinctly fascist movement, containing “nearly all the general qualities and characteristics… of generic thirdpotitionist (Payne 1995, 261).» 
  2. Winkler, Heinrich August (2015) [2011]. The Age of Catastrophe: A History of the West, 1914-1945. New Haven y Londres: Universidad de Yale. p. 297. ISBN 978-0300-20489-6. 
  3. Preston, 2011, p. 106
  4. Preston, Paul. Las tres Españas del 36, Cap. José Antonio Primo de Rivera. El héroe ausente: "Fue el fundador del partido fascista de España, la Falange, que constituyó el instrumento político con el que Franco gobernó durante casi cuatro décadas"
  5. La fuente de inspiración más obvia para un fascismo español era el prototipo italiano, pero, como ya se ha indicado, éste atrajo sorprendentemente poca atención en sus primeros años. La publicación de ‘La Camisa Negra’ murió a comienzos de 1923 nada más nacer, y los intentos frustrados de formar pequeños grupos aislados de milicias nacionalistas en 1931, como Hueste Española o Cruzados de Cristo, no tuvieron ninguna trascendencia.
    Payne, 1987, p. 65.
  6. El triunfo de Hitler también atrajo cierto interés en España, no tanto entre los fascistas potenciales –de los que parece haber pocos- como entre los radicales o potencialmente radicales de derechas, que claramente eran más numerosos. El principal grupo de presión organizado de la extrema derecha estaba compuesto por los representantes de importantes financieros e industriales de Bilbao, que habían promocionado con éxito una política conservadora y posteriormente radical-derechista desde principios de siglo. En el verano de 1933 emprendieron la búsqueda del posible líder de un fascismo español demagógico y contrarrevolucionario. El líder que se destacó fue José Antonio Primo de Rivera, el hijo mayor del fallecido dictador, que estaba evolucionando desde el monarquismo conservador y autoritario hacia el más radical autoritarismo nacionalista.
    Payne, 1987, p. 67.
  7. Tras la unificación [de FE con las JONS], FE-JONS se organizó mediante una estructura de tipo paramilitar, con milicias que disponían de sus propios mandos e instructores. Los falangistas se denominaban entre sí «camaradas» y el tuteo era norma entre ellos. A los triunviratos se les rendía honores a la usanza militar. Y se organizaron grupos especiales de milicia, la llamada «Falange de la Sangre». Sin embargo, su activismo era juzgado insuficiente por las derechas.
    González Cuevas, 2000, p 130.
  8. a b Sin bases militantes, los monárquicos veían a la falange como carne de cañón en potencia para la lucha callejera y como instrumento de desestabilización política que sirviese de justificación para un levantamiento militar. Preston 1996. Pg. 37
  9. Es posible que el movimiento fundado por José Antonio Primo de Rivera tardara en emprender el camino hacia el empleo sistemático de la violencia, pero Falange fue uno de los principales partidos que la practicó durante el segundo bienio. Desde un principio empleó un lenguaje violento que resultó provocativo porque existía ya en España la imagen de lo que estaba sucediendo en otras latitudes y una táctica de confrontación callejera contra el adversario de izquierdas que podía llegar al asesinato. Los primeros muertos entre los lectores y repartidores de prensa falangista se produjeron en enero de 1934 y sólo en junio mataron los falangistas pero esa posibilidad existió en el movimiento desde un principio, como se prueba por el hecho de que las fichas de afiliación contenían la mención de que el que la rellenaba tenía (o no) "bicicleta" (es decir, pistola).
    Tusell, 1999, Cap.: Fascismo en España.
  10. Octavio Rodríguez Araujo, historiador izquierdista mexicano, Derechas y ultraderechas en el mundo, Editorial Siglo XXI, México 2004, ISBN 968-23-2519-6 p. 157.
  11. Payne 1995. P. 204
  12. En 1934 Primo de Rivera escribiría en Cruzada: "El fascismo es una inquietud en Europa, una manera nueva de concebir todo: La Historia, el Estado, la llegada del proletariado a la vida pública; una manera nueva de concebir los fenómenos de nuestra época e interpretarlos con sentido propio". En Thomas. P. 136
  13. Payne 1995. P. 205
  14. No se puede negar que el falangismo poseyera ciertas características propias, pero éstas no impidieron que compartiera casi todos los rasgos y las características que conformarían el inventario del fascismo genérico. Al ser ultranacionalistas, todos los grupos fascistas revelaban, por definición, ciertos rasgos nacionales distintos.<Payne 1995(b). Pg. 330
  15. Payne 1995(b). Pg. 330
  16. De los 27 puntos programáticos en la fusión de FE con las JONS. En Payne 1997. Pg. 226
  17. a b c RAH, p.104.
  18. En 1931 ya había creado Ramiro Ledesma las JONS. Por aquel entonces y hasta el 1933, Primo de Rivera desarrolla su labor política en la Unión Monárquica.
  19. Gallego. p. 144
  20. Paul Preston (1998). Pág. 111.
  21. Preston. Pg. 112
  22. Mussolini le regala un retrato firmado que Primo de Rivera colgará en su despacho junto al de su padre. Momentos antes de la entrevista declararía a un periodista: «Soy como el discípulo que va a ver al maestro.» Preston. Pg. 118
  23. Han buscado una denominación que mantenga las siglas FE
  24. Preston. Pg. 114
  25. a b Payne 1997. Pgs. 175,176
  26. Preston 1998. Pg. 115
  27. Preston 1997. Pg. 185
  28. El entonces encargado de negocios de Italia, Andrea Geisser Celesia di Vegliasco, comentaría que José Antonio era un señorito que nunca podría atraer a las masas precisamente porque recurría a la oligarquía financiera para financiarse. Preston 1998. Pg. 115
  29. Los dos líderes se miraron desde el primer día con recelo. Ramiro Ledesma más germanófilo comentó la "confusión ideológica" de Primo de Rivera, demasiado derechista e italianista, imitador en exceso del fascismo e inadecuadamente revolucionario y José Antonio Primo de Rivera por su parte hablaba de la "tosquedad" de las JONS. Payne 1997. Pgs. 185,186
  30. "La profunda debilidad del fascismo mientras duró el sistema político normal tenía varias causas. La ausencia de un fuerte sentido nacionalista español le privó de este punto clave de aliento. [...] otro factor clave fue la secularización limitada de la sociedad rural y de provincias en gran parte de España, sobre todo al norte. [...] Además, el éxito electoral nominal de la CEDA, desde 1933 hasta 1936, proporcionó a esta táctica una apariencia de victoria". Payne 1995(B) Pg. 332.
  31. Payne 1997. Pg. 220
  32. Payne 1995(B) Pg. 329.
  33. Payne 1995. P. 206
  34. Pecharromán 1996. Pg. 233
  35. Pecharromán 1996. Pgs. 233-235
  36. Junto a sus datos se hacía constar si tenía o no "bicicleta". Se trataba, en realidad, de una clave que indicaba la posesión de una arma de fuego. Así se eludían responsabilidades si el fichero caía, como sucedió más adelante, en manos de la policía. Pecharromán 1996. pg. 235
  37. De hecho, en aquel tiempo la Falange no estaba preparada en absoluto para esa actividad, pero la publicidad dada a tal documento fue un factor más para convencer a la izquierda de la seriedad de la amenaza fascista en España. Payne 1997. Pg. 195
  38. Periódico ‘Luz’ 19/01/1934. Pecharromán 1996. Pg. 241-242
  39. El 11 de enero salió a la calle el segundo número de F.E. […] En el barrio obrero de Cuatro Caminos hubo repetidas refriegas entre los vendedores de F.E. y sus rivales. Los Guardias de Asalto intervinieron contundentemente para ponerles fin y detuvieron a tres comunistas y a ocho falangistas, a los que les incautaron varias porras. Otros cuatro jóvenes tuvieron que ser asistidos de lesiones en la Casa de Socorro. En la Puerta del Sol, la revista se voceaba en la llamada "acera roja"... En esta ocasión se produjo otro altercado en el que intervino el propio Primo de Rivera, que llegó a sacar una pistola encañonando con ella a sus adversarios, pistola que guardó ante la aparición de los Guardias de Asalto. Pecharromán 1996. Pg. 237
  40. "La destrucción de la FUE a la que tendremos que hacer desaparecer, bien absorbiéndola, dividiéndola o suprimiéndola" Ruiz de Alda. Pecharromán 1996. Pg. 235
  41. En su funeral se utilizó por primera vez, copiada del fascismo italiano, la exclamación ¡Presente! Matías Montero se convertiría en el primer mártir del falangismo. Durante la dictadura se celebró el día de su muerte como el día del estudiante caído. Payne 1997. Pg. 196
  42. «Una nota del ministro de la Gobernación encareciendo la necesidad del decreto sobre filiación de menores en las agrupaciones políticas». Diario La Nación. 28 de agosto de 1934. Consultado el 24 de julio de 2019. 
  43. Nº 3 de F.E. Payne 1997. Pg. 197
  44. Payne 1997. Pg. 197
  45. Resulta imposible que un grupo en formación fuese capaz de desarrollar una política de enfrentamientos sistemáticos con partidos y sindicatos muy potentes, dotados de una larga tradición de lucha de masas. Los estudiantes falangistas no poseían, todavía, la mentalidad y la experiencia necesarias para zambullirse en la violencia política. Gil Pecharromán 1996. Pg. 239
  46. Rodríguez Jiménez 2000. Pg. 166
  47. Gil Pecharromán 1996. Pg. 269
  48. Payne 1997. Pg. 200
  49. Gil Pecharromán 1996. Pg. 271
  50. El Consejo de Ministerios decretó la prohibición de militancia a los menores de dieciséis años y la necesidad de la autorización paterna para los menores de veintitrés. Gil Pecharromán 1996. Pgs. 270, 285
  51. Un joven resulta muerto al disparársele una pistola en un centro fascista, en el Diario de Córdoba, 17 de junio de 1934, pág. 1.
  52. Esa misma mañana fueron detenidos en Madrid dos jóvenes armados, Manuel Entiquiano y Valero Martín. Según la prensa "ambos declararon que eras fascistas y que se habían afiliado al comunismo para enterarse de los manejos de estos". Víd. nota anterior.

Bibliografía

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Enlaces externos

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